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SICILIA, UNA JOYA EN EL MEDITERRÁNEO

La isla de Sicilia reúne, en algo menos de 26.000 kilómetros cuadrados, ocho lugares declarados Patrimonio de la Humanidad. En un corto recorrido de no más de 15 días podrás ver ciudades únicas, que aún conservan vestigios de todos los pueblos que han vivido allí a lo largo de la historia, ruinas griegas y romanas, ejemplos del arte barroco, árabenormando y bizantino, además de un bello paisaje en el que se incluyen volcanes activos, y una singular y variada gastronomía. las fiestas de San Patricio o el famoso trébol de tres hojas a otras culturas de hoy.
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DIAS
Un recorrido por la isla debe incluir una visita a Palermo, a la ciudadela árabe de Erice, a los sitios arqueológicos de Segesta, Selinunte y Agrigento, a los mosaicos de la villa romana del Casale, a las bellas ciudades del Valle del Noto, caminar por el Etna y conocer Cefalú, la “ciudadela normanda”.
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SICILIA
 
Desde TAPIONER, VIAJES CON HUELLA+ te animamos a visitar los principales lugares de interés y te ayudamos a crear tu propio viaje por la incomparable isla de Sicilia

En Palermo, la capital, te esperan:

el Palacio de los Normandos y su capilla palatina, donde trabajaron maestros bizantinos, musulmanes y latinos, quienes la cubrieron casi totalmente con mosaicos dorados y en el ábside colocaron una bella imagen del Cristo Pantocrator; la Catedral donde también se unen varios estilos arquitectónicos que realzan su majestuosidad; y el Teatro Máximo, uno de los más grandes de Europa. Paseando por Corso Vittorio Emanuele, una de las relevantes calles del centro, encontrarás varios palacios de arquitectura y decoraciones barrocas, bodegas de cerámica y numerosas tiendas, terminando en la famosa plaza de Quattro Canti, o Plaza Vigliena. Finalmente, podrás visitar alguno de sus antiguos mercados -la Vucciria, el Capo y Ballarò- recuerdo de su pasado árabe y donde puedes tener un primer contacto con la exquisita gastronomía de la isla. Y en Erice, recorrerás las calles empedradas y empinadas cuestas de una ciudadela árabe que te regresa a la Edad Media con edificios de estilos góticos, barrocos y renacentistas y en el punto más alto el castillo, donde hubo un templo de Venus/Afrodita que, según la leyenda, fue fundado por Eneas.

 

Conocerás sitios arqueológicos únicos, como el de la antigua ciudad griega de Segesta, con su bello templo dórico y un teatro construido en la segunda mitad del siglo III a.c. y donde hoy día en verano se llevan a cabo representaciones de teatro clásico; el de Selinunte, donde se conservan los restos de varios templos de orden dórico y restos de fortificaciones del siglo IV a. C.; y el de Agrigento lugar donde se alzaba la antigua ciudad griega de Acragante, y en ella el famoso Valle de los Templos en el que se conservan los restos de siete templos griegos monumentales en estilo dórico, construidos durante los siglos VI y V a. C. Actualmente excavados y en parte restaurados, constituyen parte de los edificios griegos más antiguos y mejor conservados fuera de la propia Grecia, y están incluidos en la lista de lugares Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1997.

 

Te sorprenderán los mosaicos perfectamente conservados de la villa romana del Casale, patrimonio de la Humanidad desde 1997, construida entre los años 285 y 305 y descubierta en 1950, y las bellas ciudades del Valle del Noto, que fueron reconstruidas tras ser gravemente dañadas por un fuerte terremoto en 1693, dándole un estilo diferente a sus edificios, que después se conoció como Barroco siciliano. En 2002 la UNESCO inscribió ocho de estas antiguas ciudades en la lista del Patrimonio de la Humanidad como “representantes de la culminación y el florecimiento final del arte barroco en Europa”: Caltagirone, la capital de la cerámica, Catania, Militello Val di Catania, Modica, Noto, Palazzolo Acreide, Ragusa y Scili.

Disfrutarás paseando por la singular ciudad de Siracusa, consagrada a Artemisa y donde nació y murió Arquímedes, que cuenta con uno de los patrimonios arqueológicos más ricos de Sicilia, recorriendo la península de Ortigia, núcleo original de población de los corintios que fundaron la ciudad, con sus bellas callejuelas rodeadas por el mar, y con las bellas vistas que te ofrece Taormina, situada en la cima del Monte Tauro, con un increíble teatro griego desde donde se ve la bahía de Naxos y el Etna al fondo.

 ISLAS EOLIAS
 
Desde TAPIONER, VIAJES CON HUELLA+ te animamos a visitar las bellas islas Eolias y te ayudamos a crear tu propio viaje, ya sea en cruceros privados en veleros o a tú aire, visitando aquellas que más te interesen. 

El archipiélago de las Islas Eolias, en el Mar Tirreno, está formado por siete bellas islas, que nacieron como volcanes submarinos, Lípari, Panarea, Vulcano, Strómboli, Salina, Alicudi y Filicudi, y por algunos islotes, que rodeados de un mar turquesa, playas de arena negra que contrasta con el verde de las chumberas, higueras y olivos, además de dos volcanes activos, Strómboli y Vulcano. Fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el 2000, por la riqueza de sus ecosistemas y la belleza de sus parajes.

Los primeros dueños de estas islas fueron los dioses, por lo que el archipiélago recibió el nombre de Eolo, el dios de los vientos. Aquí vivió Vulcano, el dios de la forja, que trabajaba en el cráter del volcán ubicado en esa isla, y el rey Líparo, el hijo de Eolo, que dio nombre a la isla que hoy es la capital.

Lípari es la mayor de las islas y la capital. En ella se encuentran las principales canteras de obsidiana y piedra pómez que atrajeron a sus primeros pobladores, 4000 a.C. Posteriormente los griegos amurallaron la ciudad y los normandos construyeron la catedral de San Bartolomé, destruida por Barbarroja y reconstruida a finales del siglo XVI. En esta isla recomendamos el Museo Arqueológico, con una completa colección de piezas del neolítico y de la edad de bronce, además de piezas de la época de los romanos, y realizar una vuelta completa por la isla (26 kilómetros) en coche, moto o bicicleta para  visitar playa Blanca, donde la piedra pómez se extiende hasta el mar, las antiguas minas de caolín y el mirador de Quattrocchi

Panarea, la más pequeña, con sus coquetas casas blancas de estilo griego es hoy día refugio de famosos. Tiene 3,4 kilómetros cuadrados de extensión y no están permitidos los coches, por lo que por sus estrechas callejuelas solo puedes caminar o recorrerlas en pequeños taxis eléctricos o en moto. Hay tres centros poblados: Ditella, al norte, con sus casas adornadas con buganvillas, rosas, higos de la India y alcaparras; San Pietro, con su puerto de pescadores y donde es posible alquilar embarcaciones para visitar las costas de la isla; y Drattuto, desde donde se llega a la única playa de la isla, cala de los Zimmari. La isla conserva los restos de un antiguo poblado prehistórico del siglo XIV a.C. donde es posible distinguir la planta de 23 cabañas, la mayoría ovaladas y pavimentadas con piedra.

Vulcano, con una extensión de 21 km2 y una altura de 499 metros sobre el nivel del mar, cuenta con varios centros volcánicos, entre ellos uno de los cuatro volcanes activos no submarinos de Italia. Su última erupción se produjo en 1890 y hoy es posible subir en excursiones guiadas al Gran Cráter, con 500 metros de diámetro, desde donde se pueden ver las islas de Lípari y Salina y algo más allá Filicudi y Panarea. También es posible disfrutar de baños de lodo en Porto di Levante, con efectos curativos de los dolores articulares.

Stromboli, conocida como el Faro del Mediterráneo, es una isla dominada por el volcán del mismo nombre que se eleva 924 metros sobre el nivel del mar,[]​ pero en realidad mide 2.000 metros si contamos su inicio en el piso oceánico. Es famoso por su Río de Fuego por donde descienden hacía el mar los bloques de lava y fuego después de cada una de las frecuentes explosiones, cada 20 minutos, precedidas de un potente rugido. Aquí también es posible subir a la cima, aunque la excursión es bastante más exigente, seis horas, por lo que es recomendable otra opción más reposada: observar como cae la lava desde alguno de los barcos que organizan excursiones nocturnas y se fondean frente al Río de Fuego (Sciara de Fuoco).

Salina, con 27 km2 cuadrados era conocida por los griegos como Didyeme (gemela) debido a los dos volcanes inactivos que se enfrentan en los extremos de la isla, Fossa delle Felci, que con 962 metros es el punto más alto de las Eolias y Monte dei Porri. Cuenta con altos acantilados, bellas playas y en las laderas flores y viñedos. Su nombre actual proviene de las antiguas minas de sal de Lingua. Para visitar Salina recomendamos alquilar un motorino en Santa Marina que nos de libertad para desplazarnos con agilidad por el resto de la isla y llegar a rincones donde el autobús queda a desmano, como Punta Perciato y su arco natural sobre el mar.

Alicudi y Filicudi, son las menos visitadas. La primera, muy escarpada, es la más alejada de las islas y la segunda más pequeña. No tiene carreteras ni agua potable, por lo que deben recoger el agua de las lluvias y su población es mínima, algo más de 100 habitantes. La segunda, con un pequeño poblado prehistórico, Capo Graziano, y numerosas cuevas, es la más natural del archipiélago una vez se atraviesa las primeras casas en el puerto. Desde allí se puede recorrer el camino hacia Valdichiesa, con una preciosa iglesia y cerca el Fossa dei Felci, con sus 774 metros de altura; o dirigirse a Pecorini, con lugares para almorzar el pescado de la zona.

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