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DUBLÍN, UNA CIUDAD CON MUCHA HISTORIA

Dublín es una ciudad pequeña con una gran personalidad producto de una historia compleja y complicada y que explica el porqué de un pueblo que ha sabido darse a conocer mundialmente, incorporando las fiestas de San Patricio o el famoso trébol de tres hojas a otras culturas de hoy.
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DIAS
HUELLA+: acercarte a conocer la Cárcel de Kilmainham, un lugar muy especial para los irlandeses, que apreciarán tu interés. En ella estuvieron presos muchas de las personas que lucharon por su independencia. El último, liberado en 1924, fue Éamon de Valera, quien después llego a ser presidente de Irlanda.
Desde TAPIONER, VIAJES CON HUELLA+ te animamos a visitar los principales lugares de interés y te ayudamos a crear tu propio viaje por la singular ciudad de Dublín.

En la preparación de tu recorrido, que recomendamos sea de al menos dos días, deberás incluir:

Primer Día:

 

El City Hall, uno de los mejores exponentes de la arquitectura georgiana, el Castillo de Dublín, con su interior en perfecto estado, que ha funcionado como asentamiento de los vikingos, fortaleza militar en el siglo XII, residencia real, sede del Tribunal de Justicia de Irlanda, sede de la administración inglesa en Irlanda y el lugar donde prestó juramento el primer Presidente del país. La última persona en quedarse en las habitaciones reales fue Margaret Thatcher; la Catedral de la Santísima Trinidad con sus 19 campanas y la cripta catedralicia más grande de las Islas Británicas, del siglo XII, con un interior que te sorprenderá; la Catedral de San Patricio, la más grande de la Iglesia de Irlanda, con una espléndida estructura gótica y un enorme campanario que puede verse desde muchos puntos de la ciudad, y que en 1860 fue rehabilitada gracias a una donación de Sir Benjamín Guinness, el nieto del fundador de la famosa marca de cerveza; St Stephen´s Green, un bello y cuidado jardín creado en 1663 y rodeado de edificios de estilo georgiano; y el Colegio de la Santa e Indivisible Trinidad de la Reina Isabel, comúnmente conocido como Trinity College, al que se llega a través de la animada calle peatonal Crafton Street, una de las más importantes y concurridas de Dublín.

 

Segundo Día:

 

La Casa de Aduanas, un edificio de estilo neoclásico del siglo XVIII, con una llamativa cúpula de bronce y cuatro fachadas ricamente ornamentadas con estatuas, escudos de armas y alegorías de los ríos de Irlanda; la Christ Church, de estilo neoclásico, que fue construida entre 1815 y 1825 sobre una antigua abadía; la Iglesia de San Michan, una de las más antiguas de la ciudad, donde encontrarás criptas con ataúdes que muestran los restos momificados de antiguos ciudadanos dublineses, entre ellos los hermanos Henry y John Seares, que fueron ejecutados por liderar la Rebelión de 1798; un descanso en la famosa Casa Guinness, un edificio construido como almacén en 1904 para la fermentación de esta cerveza y que en el 2000 se abrió al público, dándonos la posibilidad de aprender a tirar nuestra propia pinta de cerveza y tomárnosla tranquilamente en la última planta, mientras vemos la ciudad. Aunque si prefieres el whisky, algo más alejado de la ruta encontrarás la destilería Jameson, The Old Jameson Distillery, fundada en 1780.

Un último consejo: terminar nuestros paseos en el famoso barrio de Temple Bar, uno de los más atractivos y animados tanto por la noche, con sus pubs y restaurantes con música en vivo, como por el día, con galerías de arte y tiendas de moda que le dan colorido; un barrio frecuentado por los propios dublineses, famosos por su amabilidad y disposición a entablar conversación con sus visitantes.

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